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-‘El primer umbral’ es su primera novela y sorprende la seguridad con la que avanza la acción. Esto es sorprendente en un autor novel, como creo que es su caso. ¿Cómo lo ha hecho?

-Escribía aquello que surgía en mi mente, teniendo en cuenta en todo momento el núcleo de lo que quería transmitir. Ponía palabras a las situaciones que imaginaba. Respecto a la técnica, lo que hacía consistía básicamente en escribir un capítulo o varios, y revisarlos desde un punto de vista crítico constructivo. Una vez satisfecho con el texto, lo imprimía y le pedía a alguno de mis familiares que lo leyera. Normalmente les daba varios capítulos. Escuchaba sus opiniones y lo volvía a leer enfocando en aquello que me habían comentado. Así sucesivamente hasta llegar al OLYMPUS DIGITAL CAMERAtexto final. Por otra parte, he leído mucho a lo largo de mi vida, desde novelas a revistas de divulgación científica o incluso de historia. Además, durante mi carrera he tenido que escribir innumerables veces, mi tesis doctoral, solicitudes de fondos para proyectos de investigación, memorias y justificaciones técnicas, además de todos los trabajos que he tenido que realizar como estudiante. Digamos que me he entrenado durante mucho tiempo sin proponérmelo. Cuando terminé la novela vi un video del escritor César Mallorquí en el que da muy buenos consejos a los jóvenes escritores. Resulta que, sin saberlo, había seguido esos consejos que él da.

-¿De qué fuentes documentales o recursos se ha servido para construir este relato?

-Principalmente he utilizado los recursos accesibles desde Internet, hay múltiples páginas web donde encontrar datos. Afortunadamente me manejo en inglés bastante bien, así que me ha ayudado a acceder a toda la información publicada en ese idioma, que es enorme. Recuerdo haber estudiado desde páginas de Naciones Unidas al programa Constellation de la NASA, así como sus planes para llevar astronautas a Marte, por ejemplo.

-Su formación científica se ha sobrepuesto a su vena literaria y consiguió llegar a un entendimiento con ella para no sepultar la obra con datos…

-Las cuestiones principales de las que trata el libro no requieren de una lluvia de datos. Digamos que los datos debían ayudar a la comprensión del texto. No es un libro técnico, su exceso hubiera sido contraproducente para hacer llegar el mensaje. Además es una novela de ficción. No obstante deseaba que las bases de la historia estuvieran apoyadas en, al menos, elementos que existen y pueden explicarse. Mi intención fue siempre posicionar la novela en la frontera de la ficción y la realidad.

-Hay una frase que se me quedó grabada: «Cuando se olvida el pensamiento filosófico, llega la catástrofe». ¿Qué quiso decir?

-Es una buena pregunta, y es que El primer umbral tiene una esencia filosófica, trato de generar preguntas en el lector, reflexiones. Pero por otro lado, deseaba compensarlo con respuestas, aunque de tipo técnico. Quizás el vasto legado de filosofía que tenemos a nuestro alcance es desgraciadamente desconocido u olvidado por demasiadas personas. Creo que eso no es bueno. Yo mismo me considero un ignorante, y eso que me gusta y deseo saber más. Eso me lleva a preguntarme ¿tenemos tiempo suficiente para leer y estudiar? Creo que si ignoramos los legados de los grandes pensadores, ello puede llevar a la humanidad a tropezar con la misma piedra. A que la historia se repita. El conocimiento profundo del pensamiento filosófico pudiera ser la vacuna para muchos de los males que nos acosan.

-‘El primer umbral’ tiene una apariencia clásica de ficción científica, concretamente la de aventura espacial, pero creo que es algo engañoso o al menos secundario. ¿De qué va realmente la novela?

-Hay una esencia filosófica, me gustaría desvelarla aquí y ahora pero entonces estaría quitando al lector la posibilidad de descubrirlo por sí mismo. Otra de las partes, por decirlo de alguna manera, trata de cómo y qué dificultades nos encontraríamos para colonizar Marte en caso de tener que hacerlo inmediatamente. Sinceramente, creo que la principal dificultad es la presupuestaria, por un lado, y la protección contra radiación ionizante, desde un punto de vista técnico. Aunque en el primer umbral hay más, como la búsqueda de vida microbiológica bajo el subsuelo de Marte y sus implicaciones en caso de encontrarla, entre otras.

-El componente metafísico va íntimamente ligado a la ficción científica, que es idónea para hablar de nuestra condición humana y de la trascendencia. ¿Comparte este hecho?

-Sí. Puede verse claramente en novelas como “2010 Odisea dos” de Arthur Clarke, y su precuela.

-Tal vez por ello se explique ese final, a modo de coda, demasiado arriesgado y que usted solventa hábilmente, huyendo el tono sermoneador. Sin embargo hay una moraleja medioambiental bien sencilla, un mensaje, que recorre la obra, ¿no es así?

-Sí, aunque no pretendo dar lecciones. Sólo tenemos un planeta habitable donde vivir, la Tierra. Mi intención es invitar a la reflexión.

-¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en la novela?

.Me gustaría escuchar un debate entre lectores sobre esta cuestión. El debate en sí es lo que me interesa. Siempre es fructífero, si ocurre entre personas civilizadas.

-¿Considera que el mundo tiene los días contados? ¿Vamos hacia una extinción masiva?

-La cuestión es el margen temporal que tenemos para evitar una situación así. A lo largo de la historia de la Tierra ha habido extinciones masivas como la de los dinosaurios, pero ha habido más. Existen riesgos tal como argumenta Hawking. El Sol se convertirá en una gigante roja dentro de cinco mil millones de años, aunque para entonces, quizás podamos mover la órbita de la Tierra para alejarnos del Sol. Mucho antes, la deriva continental nos pondrá en un aprieto dentro de unos doscientos cincuenta millones de años. Cuando eso llegue quizás tengamos reservorios por todo el Sistema Solar. Además nuestra tecnología habrá evolucionado mucho. Concretando una respuesta a su pregunta….sólo puedo elucubrar, pero no lo creo. A modo de ejemplo, parte del universo, un poco, es vigilado en busca de objetos que puedan colisionar y representar un peligro para nosotros. Lo que quiero decir es que la humanidad ya ha empezado a trabajar en ello. Si somos conscientes de los peligros y podemos poner los medios… soy optimista.

-El hecho de que un país, y en él una clase dirigente, piloten una solución, ¿no quiere decir que en caso de emergencia la dictadura es inevitable?

-Depende de muchos factores, supongo. No me atrevería a decir tanto, quizás dependiera de las prisas con las que se llevara a cabo. De todos modos, asumo que los privilegios harían aparición. Parece un buen tema para tratar en una novela de ficción…

-A raíz de la experiencia de Mars One, ¿le gustaría viajar a Marte?

-Depende, unas vacaciones… jejeje. Ahora mismo, hoy, me encantaría viajar a la órbita terrestre baja con Virgin Galactic. Ir a Marte implica pasarse seis meses en el espacio, eso tiene implicaciones en la salud. Para mí sería clave conocer el blindaje contra la radiación ionizante de la nave antes de tomar una decisión. No iría en caso de ser un viaje sólo de ida, de eso estoy seguro. ¡La Tierra es un lugar maravilloso!